Manuscrito de: Gonzalo Martínez.
(El Cronista de La Guanota)
Transcrito P/. Jorge Martínez R.
Un día cualquiera del mes
de noviembre del año 1.938, arribó a esta aldea en misión evangelizadora el
padre José Antonio Pérez Serrano, hombre enérgico, culto, caballeroso, resuelto
y carismático. Aquí fue recibido con el respeto y cariño que inspiraba su recia
personalidad.
El padre Serrano se detuvo
aquí por varios días y en ese espacio de tiempo cultivó un inmenso aprecio de
la comunidad y dió a conocer sus atributos de líder espiritual y su acendrada
vocación de servicio, tanto en lo atinente a su misión sacerdotal, como su
espíritu de trabajo en beneficio de la cultura y el progreso del pueblo
bajo su ministerio. En una de esas tardes en que solía reunirse a charlar con
sus feligreses (Sin iglesia) en este mismo sitio, que era para entonces una
sabanita, donde nos reuníamos los muchachos a jugar pelota,- el Padre
Serrano, sugirió la idea de construir una Capilla aquí, para servicios
religiosos, en vista de que éstos, se celebraban en la calle y bajo
un árbol, porque tampoco había una casa adecuada.
El terreno fue donado por
Gabriel Tepedino (Gabito), dueño para la época de toda la comarca.
Los primeros materiales fueron donados por el Ministerio de Agricultura y Cría, quien regaló un Caney que tenía en la sabana del Paraparo, donde se hacía un ensayo de cultivo de arroz, a cargo del ingeniero Pascual Salo Salcedo.
Estos materiales consistían en lo siguiente: 24 horcones de 5 metros, 12 planchas tirantes de 7 metros 24 alfardas, 30 listones y 48 láminas de zinc de 10 pies. Estos materiales fueron desmontados y cargados en cayapa del Paraparo a La Guanota.
Otra madera fue donada por los aserradores Manuel Antonio Rengel, Felipe Chacón, Vidal Sánchez, y Pánfilo Veliz desde Juan Largo.
Los primeros materiales fueron donados por el Ministerio de Agricultura y Cría, quien regaló un Caney que tenía en la sabana del Paraparo, donde se hacía un ensayo de cultivo de arroz, a cargo del ingeniero Pascual Salo Salcedo.
Estos materiales consistían en lo siguiente: 24 horcones de 5 metros, 12 planchas tirantes de 7 metros 24 alfardas, 30 listones y 48 láminas de zinc de 10 pies. Estos materiales fueron desmontados y cargados en cayapa del Paraparo a La Guanota.
Otra madera fue donada por los aserradores Manuel Antonio Rengel, Felipe Chacón, Vidal Sánchez, y Pánfilo Veliz desde Juan Largo.
El Carpintero encargado de
armar la capilla fue Delfín Jiménez, que cobraba Bs 4,00 diario y como
ayudantes: Víctor Sánchez, Santiago Montilla, Félix Pérez, Eusebio Pérez,
Nicasio Pinto, Cándido Velásquez y el pueblo..
En dinero efectivo hubieron los siguientes aportes: Zacarías Sotillet Bs 10,00, Andrés Zerpa Bs 5,00, Cruz Fajardo Bs 100,00, Cleofe Oliveros Bs 10,00, Encarnación Golindano Bs 5,00, Augusto Simosa Bs 5,00, Gabito Tepedino Bs 50,00, Genaro Bimbre Bs 5,00, Pedro Oyarve Bs 5,00, Vicente Liccioni Bs 5,00, Joaquín Sánchez Bs 100,00, Gregorio Torres Bs 50,00, Eusebio Márquez Bs 100,00, Chucho Balbas Bs 100,00, Luis Bastardo Bs 100,00, Segundo Torres Bs 5,00, Tomas Rengel Bs 5,00 y Elías Castillo Bs 100,00. Total Bs 760,00- .Hubo un aporte posterior de la Sra. Ismenia de Villalba – esposa de Jovito Villalba- de Bs 100,00.
En dinero efectivo hubieron los siguientes aportes: Zacarías Sotillet Bs 10,00, Andrés Zerpa Bs 5,00, Cruz Fajardo Bs 100,00, Cleofe Oliveros Bs 10,00, Encarnación Golindano Bs 5,00, Augusto Simosa Bs 5,00, Gabito Tepedino Bs 50,00, Genaro Bimbre Bs 5,00, Pedro Oyarve Bs 5,00, Vicente Liccioni Bs 5,00, Joaquín Sánchez Bs 100,00, Gregorio Torres Bs 50,00, Eusebio Márquez Bs 100,00, Chucho Balbas Bs 100,00, Luis Bastardo Bs 100,00, Segundo Torres Bs 5,00, Tomas Rengel Bs 5,00 y Elías Castillo Bs 100,00. Total Bs 760,00- .Hubo un aporte posterior de la Sra. Ismenia de Villalba – esposa de Jovito Villalba- de Bs 100,00.
Con estos recursos se dió inicio
a un pequeño rancho descubierto, donde ocasionalmente se realizaban
algunos servicios religiosos y se daba cobijo a algunos infortunados que morían
en forma accidental y por carecer de familia y amigos aquí en el pueblo, -profundamente cristiano-,, se congregaba para rezarle una oración y
encomendarlos al cielo.
Así transcurrieron más de
cuarenta años, en los cuales manteníamos siempre una campaña sistemática por la
construcción de la Iglesia, pidiéndole a todo el mundo como es potestativo de
todas las Iglesias del mundo que se levantan y viven de la limosna de sus
feligreses, porque son instituciones no lucrativas y su único aporte a la
humanidad es la conservación de la fe en Dios, y el consuelo a los desamparados; Por que la iglesia representa un poder omnímodo y es
depositaria de todos los misterios de la creación, y es la única muralla
infranqueable donde los hombres puedan sentirse obligados a confesar sus
pecados, y pidan perdón al único ente a quien deben respeto, confianza, miedo y
amor a Dios. Y que por más importantes y malos que sean y aun estando borrachos, -cuando estamos a la cara de Dios-, una fuerza que surge de su interior, nos
obliga a reprimir nuestros instintos y asumir un comportamiento digno de
la majestad de la Iglesia. Asumimos la humildad que nos mueve la
presencia de nuestros hermanos y nos sentimos liberados de todos nuestros
desvaríos y nuestras maldades, y parece deslindar el miedo porque estamos bajo la protección de nuestro Padre Celestial.
Por todo ello, este recinto sagrado que aquí construimos con devoción y perseverancia a través de 65 años de diligencia y pedigueñerias, es más de ser un motivo de orgullo para nuestra comarca, debe ser también un baluarte de nuestra fe y un santuario para la paz y la convivencia en medio de la unión y el entendimiento entre los hijos de este pueblo.
Por todo ello, este recinto sagrado que aquí construimos con devoción y perseverancia a través de 65 años de diligencia y pedigueñerias, es más de ser un motivo de orgullo para nuestra comarca, debe ser también un baluarte de nuestra fe y un santuario para la paz y la convivencia en medio de la unión y el entendimiento entre los hijos de este pueblo.
Pedimos a Dios que ilumine
nuestros pensamientos y nos guíe por el camino del bien. Que al
recibirnos aquí en su nueva casa, nos cubra de bendiciones siembre en nuestros
corazones, el amor fraternal que nos una cada día más y que haga nuestra
comunidad un santuario de paz, de convivencia y alegría..
La Guanota 18/09/2.003
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