jueves, 16 de noviembre de 2017

Origen y Reseña de La Iglesia de La Guanota.


Manuscrito de: Gonzalo Martínez.
(El Cronista de La Guanota)
Transcrito P/. Jorge Martínez R.


Un día cualquiera del mes de noviembre del año 1.938, arribó a esta aldea en misión evangelizadora el padre José Antonio Pérez Serrano, hombre enérgico, culto, caballeroso, resuelto y carismático. Aquí fue recibido con el respeto y cariño que inspiraba su recia personalidad.
El padre Serrano se detuvo aquí por varios días y en ese espacio de tiempo cultivó un inmenso aprecio de la comunidad y dió a conocer sus atributos de líder espiritual y su acendrada vocación  de servicio, tanto en lo atinente a su misión sacerdotal, como su espíritu de trabajo  en beneficio de la cultura y el progreso del pueblo bajo su ministerio. En una de esas tardes en que solía reunirse a charlar con sus feligreses (Sin iglesia) en este mismo sitio, que era para entonces una sabanita, donde nos reuníamos los muchachos a  jugar pelota,- el Padre Serrano, sugirió la idea de construir una Capilla aquí, para servicios religiosos, en vista de que éstos, se celebraban  en la calle y bajo  un árbol, porque tampoco había una casa adecuada.
El terreno fue donado por Gabriel Tepedino (Gabito), dueño para la época de toda la comarca. 
Los primeros materiales fueron donados por el Ministerio de Agricultura y Cría, quien regaló un Caney que tenía en la sabana del Paraparo, donde se hacía un ensayo de cultivo de arroz, a cargo del ingeniero Pascual Salo Salcedo. 
Estos materiales consistían en lo siguiente: 24 horcones de 5 metros, 12 planchas tirantes de 7 metros 24 alfardas, 30 listones y 48 láminas de zinc de 10 pies. Estos materiales fueron desmontados y cargados en cayapa del Paraparo a La Guanota. 
Otra madera fue donada por los aserradores Manuel Antonio Rengel, Felipe Chacón, Vidal Sánchez, y Pánfilo Veliz desde Juan Largo.
El Carpintero encargado de armar la capilla fue Delfín Jiménez, que cobraba Bs 4,00 diario y como ayudantes: Víctor Sánchez, Santiago Montilla, Félix Pérez, Eusebio Pérez, Nicasio Pinto, Cándido Velásquez y el pueblo..
En dinero efectivo hubieron los siguientes aportes: Zacarías Sotillet Bs 10,00, Andrés Zerpa Bs 5,00, Cruz Fajardo Bs 100,00, Cleofe Oliveros Bs 10,00, Encarnación Golindano Bs 5,00,  Augusto Simosa Bs 5,00, Gabito Tepedino Bs 50,00, Genaro Bimbre Bs 5,00, Pedro Oyarve Bs 5,00, Vicente Liccioni Bs 5,00, Joaquín Sánchez Bs 100,00, Gregorio Torres Bs 50,00, Eusebio Márquez Bs 100,00, Chucho Balbas Bs 100,00, Luis Bastardo Bs 100,00, Segundo Torres Bs 5,00,  Tomas Rengel Bs 5,00 y Elías Castillo Bs 100,00. Total Bs 760,00- .Hubo un aporte posterior de la Sra. Ismenia de Villalba – esposa de Jovito Villalba- de Bs 100,00.
Con estos recursos se dió inicio a un pequeño rancho descubierto,  donde ocasionalmente se realizaban algunos servicios religiosos y se daba cobijo a algunos infortunados que morían en forma accidental y por carecer de familia y amigos aquí en el pueblo, -profundamente cristiano-,, se congregaba para rezarle  una oración y encomendarlos al cielo.
Así transcurrieron más de cuarenta años, en los cuales manteníamos siempre una campaña sistemática por la construcción de la Iglesia, pidiéndole a todo el mundo como es potestativo de todas las Iglesias del mundo  que se levantan y viven de la limosna de sus feligreses, porque son instituciones no lucrativas  y su único aporte a la humanidad es la conservación de la fe en Dios, y el consuelo a los desamparados; Por que la iglesia representa  un poder omnímodo  y es  depositaria de todos los misterios de la creación, y es la única muralla infranqueable  donde los hombres puedan sentirse obligados a confesar sus pecados, y pidan perdón al único ente a quien deben respeto, confianza, miedo y amor a Dios. Y que por más importantes y malos que sean y aun estando borrachos, -cuando estamos a la cara de Dios-, una fuerza que surge de su interior, nos obliga a reprimir nuestros instintos y asumir un comportamiento digno de la majestad de la Iglesia. Asumimos la humildad  que nos mueve la presencia de nuestros hermanos y nos sentimos liberados de todos nuestros desvaríos y nuestras  maldades, y parece deslindar  el miedo porque estamos bajo la protección de nuestro Padre Celestial.
Por todo ello, este recinto sagrado que aquí construimos con devoción  y perseverancia a través de 65 años  de diligencia y pedigueñerias, es más de ser un motivo de orgullo para nuestra comarca,  debe ser también  un baluarte  de nuestra fe y un santuario  para la paz y la convivencia en medio de la unión y el entendimiento entre los hijos de este pueblo.

Pedimos a Dios que ilumine nuestros pensamientos  y nos guíe por el camino del bien. Que al recibirnos aquí en su nueva casa, nos cubra de bendiciones siembre en nuestros corazones, el amor fraternal que nos una cada día más y que haga nuestra comunidad un santuario de paz, de convivencia y alegría..
La Guanota 18/09/2.003

No hay comentarios: